Queridísimo Antonio:
Esta noche nos sentamos a escribir como si en una oración estuviéramos...: Dios nos ha regalado tu presencia, tu cariño y tu apoyo en nuestros mil y un proyectos. Gracias por estar ahí, de todo corazón y siempre para nosotros, para Pablo, Carol, Arsema y Juan... Y para Yadre... Gracias por creer que el Espíritu se manifiesta en cada uno de nosotros, y por acompañarnos de cerca en el camino... Es una maravilla tenerte al lado, y compartir tantos y tantos momentos juntos...Tú sabes que en las Torcas tienes tu hogar, que aquí siempre podrás descansar y ser tú mismo..., y que te queremos infinito...
Estamos muy orgullosos de tu vocación y dedicación a todos lo que vamos pasando por tu vida... Yo, Carol, te recuerdo hace años, tu vitalidad y sonrisa, tu entereza y valentía... Gracias a Dios por tus dones, y gracias a tí por ponerlos siempre al servicio... Creo que Don Bosco te ha inspirado de verdad. Si levantara la cabeza en estos días, te felicitaría por tu trabajo y tu vida dedicada a los jóvenes (y a los ya menos jóvenes como nosotros...). Enhorabuena amigo, sacerdote y salesiano, ser de luz y de presencia... Tu vida es regalo para todos nosotros. Gracias de verdad.
Te queremos:
Juansito, Arsemotonga, Pablo y Carol
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