Querido Antonio:
Fuiste una de las primeras personas con las que compartí una de las peores noticias de mi vida: la enfermedad de mi madre y recuerdo cómo me recomendaste un libro que trataba precisamente de ella que tú habías leido.( "Martes con mi viejo profesor", no se me ha olvidado)
Así, me consolaste con las palabras justas y en la medida justa. Como eres tú, cercano pero sin agobiar, atento sin incomodar, con el comentario pertinente en el momento preciso.
GRACIAS por el ACOMPAÑAMIENTO. Has estado con nosotros en momentos muy buenos, pero también en momentos muy malos, como un AMIGO y como un SACERDOTE debe hacer.
Espero sinceramente que podamos seguir compartiendo vida contigo como hasta ahora y celebrar contigo tus bodas de Oro ( o las de platino!!!)
MUCHAS GRACIAS DE TODO CORAZON .
Anabel
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