miércoles, 29 de junio de 2011

A.C.H. = AYUDA CARISMA Y BUEN HUMOR Carmen Colomer

Padre, o Antonio, como prefieras… mejor, ni pa ti ni pa mí: Padre Antonio, es para mí un placer poder estar ahora mismo escribiendo estas líneas, porque significa que he tenido el honor de conocerte.

Y yo me pregunto ahora: "¿Qué se suele decir en estos casos?" No lo sé, nunca he tenido un amigo cura y menos que celebre su vigésimo quinto aniversario… o bueno… pensándolo mejor… quizás sí que se me ocurre algo que decir: GRACIAS. Gracias Antonio, por tu amistad, por tu escucha, por tus sabios consejos, por esas largas charlas, por tu paciencia (aunque en esto deberías agradecérmelo también, porque gracias a mi labor casi diaria, probablemente algún día se celebre "San Antonio Caño"…), por tu humor tan característico, con el que has conseguido hacerme llorar de la risa más de una vez (y eso no es nada fácil, créeme), por tus alzamientos de cejas, por tu ayuda siempre disponible, por enseñarme el significado de la palabra salesiano, porque con tu labor nos das ejemplo día a día y porque ERES UNA GRAN PERSONA.

Creo que sólo me falta decirte: ¡MUCHAS FELICIDADES!

Un abrazo muy fuerte.

Carmen Colomer (CES)

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