Pisar Jerusalén a tu lado dió sentido a cada trocito de aquella aventura: el monte de los olivos, el pesebre (tan distinto del imaginado), la eucaristía presidida por ti en la cueva de los pastores... y cómo no... la noche de la ciudad, el baño en el mar muerto y ¡los barros!
Pero por encima de cualquier recuerdo y sabor, estará siempre nuestro grito de guerra y todo lo que ha venido tras él.
Que al grito de ¡equipoooooooooo! siempre estés a nuestro lado.
El equipoooooo...
Pero por encima de cualquier recuerdo y sabor, estará siempre nuestro grito de guerra y todo lo que ha venido tras él.
Que al grito de ¡equipoooooooooo! siempre estés a nuestro lado.
El equipoooooo...
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